Antes de llegar a Indonesia, Kinari me había escrito sobre un niño pequeño que tenía grandes dificultades para caminar, preguntándome si estaría dispuesto a verlo y posiblemente ayudarlo. Como su familia vive en una cabaña a poca distancia del Klinik, ella me llevó a visitarlo el día que llegué. “Ocu tiene una sonrisa tan maravillosa que te enamorarás de él”, dijo. Y ella tenía razón. El programa aún no había ampliado sus servicios para incluir servicios preventivos y de rehabilitación a personas con discapacidades, pero estaban ansiosos por aprender.

Ocu (pronunciado Achoo, algo así como un estornudo) estaba sentado en los escalones fuera de su casa cuando llegamos. Tenía ocho años, pero era pequeño para su edad. Al parecer, el niño tenía meningitis o malaria cerebral cuando tenía 4 años, lo que había dejado todo su cuerpo rígido y espástico. Estaba orgulloso de mostrar cómo había logrado aprender a caminar con la ayuda de dos palos. Pero la espasticidad y el desequilibrio muscular en sus extremidades inferiores causaron que sus tobillos, especialmente el derecho, se desplomaran hacia afuera, lo que causó tropiezos, pérdida de equilibrio y caídas.

Con un par de zapatos altos que un voluntario visitante le había comprado, podía caminar un poco mejor, pero aún así sus tobillos cayeron sin control. Intentamos construirle un par de DAFOs improvisados similares a los que yo uso, pero en todo caso le hicieron más difícil caminar.

Luego probamos un dispositivo muy simple: plantillas de cartón para zapatos. Dado que sus tobillos tendían a caerse hacia afuera cuando daba pasos, hicimos un inserto de zapatos con forma de cuña de cartón que estaba más arriba en el lado exterior. Para nuestro deleite, cuando Ocu intentó caminar con el inserto en su zapato, su tobillo derecho ya no se volcó y caminó mucho mejor. Pero la marcha de Ocu sigue siendo espástica, y seguirá siéndolo. Caminando con los dos postes se cansa fácilmente. Entonces Hotlin contactó a un carpintero local, para quien dibujé un boceto de muletas simples de madera. Dos días después, el carpintero llegó con el par de las muletas más hermosas que puedas esperar ver. Ocu estaba emocionado con sus nuevas muletas. Las muletas de codo requieren mucha práctica para acostumbrarse a ellas. Pero Ocu está decidido.

El próximo desafío será ayudar al niño a obtener una educación. Sus limitaciones físicas le han dificultado llegar a la escuela. Construir un carro que pudiera transportarlo allí, o la posibilidad de montar en la parte trasera de una bicicleta fueron dos opciones que se discutieron. Cualquiera sea la respuesta, el equipo de Health in Harmony y su familia se comprometen a ver que Ocu tenga las oportunidades de aprendizaje e inclusión que se merece.

Sin plantillas para zapatos Con plantillas para zapatos.