En noviembre de 2015, recibí la siguiente carta escrita a mano de un joven trabajador de salud comunitaria de las profundidades de las selvas del Petén, Guatemala:

Libertad, Guatemala, 6-11-2015
Hola David Werner!! ¿Qué tal? Reciba un caloroso saludo desde la cuna del imperio Mayo. Es para mí un gusto el poder escribirlo desde estas lejanas tierras, donde se ha recibido de muy buena manera su conocimiento plasmado en el libro Donde no hay doctor, y otros más.
Quiero contarle que soy el hijo de Pedro Ixchop quien se formó como promotor de salud en el año 1980, en el Quieritmo Quetzal, Potzún, Peten. El conocimiento adquirido él lo recibió de: Sheila. Este conocimiento cayó en tierra fértil, que él fue el primero de la comunidad en hacer, y trabajar en la unidad mínima.
Soy el cuarto y último hijo de mi familia. Nací el 28 de abril de 1988: mis padres decidieron llamarme con el nombre de Werner Obeníel, nombre que se lleva su libro. Mi padre se falleció el 24 de mayo de 2004 a causa de la diabetes, dejando en mí este deseo de ser como él.
Para el 2011 se dio la oportunidad, y se inició mi formación como promotor de salud. La formación la he recibido de Susana Emeric y algunos promotores de las Cauce, Peten. Quiero contarle que yo tengo el libro Donde no hay doctor. Me alegré mucho cuando me lo entregaron, pues me identifico con él, pues lleva mi nombre. Terminé mi formación en 2013.
Quiero contarle que guardo conmigo el estetoscopio que fue de mi papá y algunos folletos que eran de su formación. Apoyo a mi comunidad como promotor de salud. Este año inicié mi formación como promotor dental. Estoy muy emocionado pues este día estoy en prácticas. Ya hice rellenos, extracciones, detartraje, y profilaxis.
Me despido de usted deseándole fuerza y salud para que continúe en este gran trabajo al servicio de lo demás.
Atte. Werner Obeníel Ixchop López

Semanas después de recibir esta carta, una asesora del programa de salud de la aldea, Julia Kim, me envió una foto de Werner Obeníel sosteniendo la copia ajada pero atesorada de “Donde No Hay Doctor”, que había pertenecido a su padre, en 1980. Con la foto, Julia envió la siguiente nota:

¡Hola David!
Werner Obeníel recibió su carta hoy y estaba lleno de emoción, por decirlo suavemente. Si fuera yo, habría abierto su carta de inmediato aunque tuviera pacientes esperando o en medio de una consulta, pero Werner esperó hasta la hora del almuerzo, hasta que terminó de atender a sus pacientes matutinos. Ese es el tipo de promotor y persona que es Werner. Dijo: “Tengo muchas ganas de abrir la carta, pero tengo pacientes”.